Más allá de las seis caías en fila, Colón sumó 10 de los 14 puntos que tiene de local, por lo que de visitante no rinde. De Río Cuarto volvió sin nada
El presente de Colón en la Primera Nacional está lejos de ser el que imaginaban sus hinchas. Sumergido en una fuerte crisis deportiva que también golpea lo institucional, transita una preocupante racha negativa que lo aleja del protagonismo y pone en jaque el objetivo de ascenso.
Colón va de visitante y pierde
Uno de los aspectos más alarmantes de esta realidad es el pobre rendimiento del equipo fuera de Santa Fe. De los seis partidos que disputó como visitante en el Grupo B, Colón apenas ganó uno, empató otro y perdió los restantes cuatro. Eso le da un magro 22% de efectividad, muy por debajo de lo esperado para un equipo que aspira a pelear arriba. De Río Cuarto volvió con las manos vacías con el revés 2-1 ante Estudiantes.
Pero el problema no es solo estadístico. La imagen que deja el equipo en cada salida del Brigadier López refleja la ausencia de respuestas y nula reacción. La falta de carácter y de funcionamiento colectivo se agudiza cada vez que se aleja de su gente, y eso quedó plasmado en la racha adversa de siete partidos sin ganar, con seis derrotas consecutivas que encendieron todas las alarmas.
La situación como local tampoco alcanza para equilibrar el panorama. Si bien Colón cosechó 10 de los 14 puntos que tiene jugando en Santa Fe, no le alcanza para compensar su inoperancia como visitante. El margen de error es cada vez más fino y la paciencia del hincha se agotó.
Colón necesita un golpe de timón, porque si no empieza a sumar fuera de casa, no solo se le va a hacer imposible pensar en el ascenso. La realidad es que, cómo está la cosa, un triunfo traerá algo de calma y paz. Ya no importa la forma, sino sumar solo de a tres. En un fútbol donde también priman los estados de ánimo, encontrar confianza es clave.
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