El presidente comunal Gonzalo Goyechea relató en diálogo con UNO 106.3 FM el impacto del fenómeno que afectó a la localidad del sur santafesino. Hubo más de 250 evacuados y cerca del 40% de las viviendas resultaron anegadas
La localidad santafesina de María Teresa, ubicada en el departamento General López, fue una de las más golpeadas por el temporal de Santa Rosa que se desató el pasado fin de semana. La intensa lluvia, que dejó cerca de 300 milímetros en pocas horas, provocó el desborde de lagunas y el ingreso de agua a una amplia zona urbana.
El presidente comunal Gonzalo Goyechea describió cómo se vivieron las horas más críticas y cuáles son los desafíos que enfrenta la comunidad en esta etapa de recuperación.
“La etapa más angustiante es cuando la familia vuelve a su casa destruida”
El jefe comunal confirmó que ya no quedan viviendas con agua en su interior, pero remarcó que la situación sigue siendo grave: “Primero la batalla fue contener el agua y evacuar familias. Después, organizar la asistencia con alimentos y suministros. Ahora estamos en la etapa más angustiante: cuando las familias regresan y encuentran sus viviendas destruidas, con pérdidas totales de muebles y electrodomésticos”.
Uno de los principales riesgos, advirtió, está en el plano sanitario, ya que el 85% del pueblo no cuenta con cloacas y depende de pozos ciegos. “El agua ingresó por inodoros y rejillas, mezclada con materia fecal. Hoy estamos vacunando, desinfectando y pidiendo mucho cuidado, sobre todo con los chicos”, señaló.
Goyechea explicó que María Teresa fue fundada en una cañada, en la parte más baja de toda la región, lo que agrava el impacto de las lluvias extraordinarias.
“Nosotros nos inundamos incluso sin lluvia. Cuando llovieron esos 300 milímetros en los campos alrededor, el agua empezó a avanzar hacia el pueblo porque es el punto más bajo. El canal principal, que se amplió en 2022, funcionó con toda su capacidad, pero era imposible que sacara más de lo que entraba. Fueron seis horas de agua ingresando a una velocidad terrible”, relató.
El mandatario fue categórico: “Podemos reclamar cloacas, porque es una deuda de 20 años con el pueblo, pero ante un evento de esta magnitud, ni las obras hídricas alcanzan. Para resistir algo así habría que hacer una muralla alrededor del pueblo”.
Con una población de 4.500 habitantes, el temporal dejó un saldo de gran magnitud: 53 personas debieron ser evacuadas y alojadas en espacios públicos, más de 200 vecinos se autoevacuaron en casas de familiares o amigos, en total, se calcula que hubo 900 afectados directos y que el 40% de las viviendas sufrió el ingreso de agua, en algunos casos hasta un metro de altura.
“Hubo zonas del pueblo que se salvaron, pero prácticamente la mitad quedó bajo el agua”, precisó Goyechea.
El presidente comunal destacó el esfuerzo de bomberos, empleados comunales, Defensa Civil, personal del Ministerio de Salud y vecinos voluntarios, que asistieron a las familias en las horas más difíciles.
“Había bomberos y empleados comunales que trabajaban para otros vecinos mientras sus propias casas estaban inundadas. Eso te emociona y habla de la solidaridad de nuestra gente”, valoró.
Con el agua ya retirada, la prioridad pasa por la limpieza, la desinfección y la contención de las familias que perdieron gran parte de sus bienes.
“Estamos mucho mejor que el domingo, pero lo más duro viene ahora: volver a empezar. María Teresa va a salir adelante, como siempre, con la fuerza de su gente”, concluyó el presidente comunal.
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