Ratificó la decisión de reforzar el control de las cárceles, y aclaró que es con la ley en la mano. Enfático respaldo a la decisión de Vranicich de intervenir en la fiscalía de Rosario. Pedido a los docentes para que vuelvan a las aulas y compromiso de mejor los salarios si la recaudación crece por encima de la inflación. (Por Mario Cáffaro)
El gobernador Maximiliano Pullaro volvió este martes a la Casa de Gobierno después de diez días donde la atención estuvo puesta en Rosario donde se puso al frente del comité de crisis creado a partir de cuatro asesinatos y ratificó la decisión de no ceder en el control de las cárceles y de la calle, reiteró el compromiso del gobierno de trabajar para devolver la paz y la tranquilidad a la población; respaldó la decisión de la fiscal general María Cecilia Vranicich de intervenir la fiscalía regional de Rosario e hizo un llamado a los docentes y a los estatales a comprender la situación económica de la provincia. “No voy a prometer lo que no podré pagar en dos meses”, insistió.
El mandatario y el equipo de gobierno empezaron un recorrido por la provincia en coincidencia con los cien días de gestión. Pullaro este martes estuvo en su pueblo natal -Hughes- en Melincué, Casilda, Rosario y la ciudad capital. Este miércoles por el norte santafesino y el jueves por el oeste. Los ministros también en el territorio al igual que la vicegobernadora, Gisela Scaglia.
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En rueda de prensa, definió a los cien días como de mucha intensidad “donde el desafío, inicial y fundamental fue volver a poner un Estado presente, un Estado en marcha, poner un gobierno en marcha. Lamentablemente arrancábamos de muy abajo. El gobierno anterior había tenido una desinversión muy importante en la mayoría de las áreas y así lo fuimos planteando en los días anteriores a nuestra gestión. Hoy sentimos que todas las áreas están en marcha, que se está trabajando, que se está haciendo mucha, pero mucha territorialidad; tenemos un gobierno presente y estamos llevando adelante importantes respuestas en las áreas más duras, pero también en las más blandas”.
Admitió que en los últimos diez días “sentí que estar en Rosario. Fue la crisis más importante que me tocó vivir y fue una reacción de los grupos violentos que hay en la provincia a través de una demanda que venían llevando adelante desde el día 12 de diciembre”, recordando que ese día atacaron un banco y un hospital donde dejaron un cartel pidiéndole que volvieran atrás con medidas. “Nunca volvimos atrás y fuimos endureciéndolas. Que los presos no tengan celular, que los presos no puedan manejar sus organizaciones criminales desde la cárcel, no es algo que vamos a negociar, por eso volvieron a funcionar los escáners en el Servicio Penitenciario, volvieron a funcionar los infrarrojos, volvió a funcionar la requisa y eso molestó sobremanera a los presos. En estos cien días me deben haber amenazado ochenta veces. Esta mañana encontramos nuevas amenazas en Rosario. Quiero darle una certeza a la sociedad de toda la provincia de Santa Fe: Sabemos que es doloroso lo que sucedió, nos dolió a nosotros en el cuerpo que se ataque a personas inocentes, a la la sociedad civil para dejar un mensaje al gobierno provincial y al gobierno nacional. Es muy fuerte, pero no vamos a quebrarnos, ni vamos a detenernos en este proceso que ha comenzado en la provincia que tiene que ver con el control de las cárceles y el control de la calle. Si logramos volver a controlar la cárcel, volvemos a controlar la calle, los santafesinos vamos a vivir más tranquilos”.
Sobre las denuncias del Servicio Público de la Defensa Penal acerca de torturas en las cárceles de Piñeiro y Pérez, Pullaro afirmó que el gobierno cumple la ley. “Estábamos acostumbrados a que la ley no se cumpla en la provincia de Santa Fe, a que los presos tengan la cantidad de visitas íntimas que quisieran y eso les permitía tener contacto con el afuera y mandar mensajes permanentemente; era común que se le permite ingresar alimentos donde con los alimentos, ingresaban materiales y sustancias prohibidas; era común que desde esos lugares de detención manden mensajes afuera para tener el poder de su organización. Fui ministro de Seguridad, me tocó detener a los Monos, a Alvarado y a las principales organizaciones criminales y no reaccionaron de esta manera. Trabajé con la justicia santafesina para que tuvieran condenas ejemplares. Les decomisados bienes y los subastaron. En todos estos no reaccionaron con la violencia con la que lo están haciendo ahora que es cuando no le permitimos desde ese lugar de detención controlar la calle”. El gobernador aseguró van a seguir de la misma manera. Dijo haberse puesto al frente del comité de crisis y dijo ser optimista en llegar en pocos días a los autores materiales e intelectuales de los homicidios de Rosario.
Pullaro validó la necesidad de que se cierre y blinden las fronteras para que no ingrese más droga al país. “La droga no se produce en Rosario, en Santa Fe, en Rafaela, en Venado o en Reconquista. Viene de Bolivia, de Perú, de Paraguay o de Brasil”. Expresó confianza en la tarea de los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri. “Las fuerzas federales al igual que la policía de Santa Fe no teníamos móviles. Abordé el tema, hablé con (Axel) Kiciloff sobre la necesidad de móviles y nos prestó por 30 días para sacar a la policía a la calle. En 90 días no habíamos podido terminar el proceso de compra de vehículos”.
Diario El Litoral de Santa Fe
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