Ramón Wanchope Ábila se manifestó y reconoció que arrancó terapia después de descender con Colón. “Me frustró mucho todo”, expresó
Juan Pablo Varsky, en su canal de Youtube Clank, mantuvo un rico mano a mano con Ramón Wanchope Ábila, exjugador de Colón, que se refirió a lo que vivió con el descenso a fines de 2023.
“No tenía las herramientas, ahora hago terapia, siento que sería diferente la forma de sobrellevar esos momentos. Uno se equivoca sobre la equivocación, es aprendizaje, la vida. Tenemos que intentar a disposición del otro para estar mucho mejor”, arrancó expresando.
Para después reconocer que “después del descenso empecé terapia, situaciones familiares, personales, me frustro mucho el descenso, no tenía ganas, una de las cosas de la salida era seguir en el mismo mundo. Lo personal, pasan los partidos, hoy está renovado, pero no lo podía sacar”.
Su falta de adaptación a una situación límite
Ábila fue a la profundidad del proceso más duro que vivió Colón a fines de 2023. Al respecto, soslayó: “En sí nunca me adapté al lugar, a la situación en la que estaba el club y la ciudad, cuando uno está negado le ve siempre lo negativo y no tenía las herramientas. Tenía amigos, compañeros, pero estoy hablando de otra visión”.
Para después, agregar: “Llegaba al club y me quería ir rápido cuando lo más lindo es llegar al vestuario, charlar y jugar. Yo jugaba y estaba organizando que termine el partido para irme a Córdoba a ver a mis hijos, era mi escape. Lo hablaba y me reflejaba en el cuerpo, me daba mucha ansiedad, aumenté de peso, no estaba bien físicamente”.
En otro tramo de la charla acotó que “no tengo un cuerpo estilizado a un jugador normal, tenía tendencia a la gordura, a mi la bala esa no me entra, pero uno se da cuenta cuando uno no puede rendir. Tenía que administrar esfuerzos y acortar distancias. Desde lo técnico y posicional intentaba acortar espacios, los compañeros se dan cuenta. Arranqué, entré, me cuidé, llegué en buen momento, pero después aflojé en Colón, pero no lo sé”.
Convivir con el error
Muchos puntualizaban jugadas o goles errados por el cordobés, a lo que añadió: “Son situaciones de juego, donde compañeros pierden la marca y es gol, o erran un gol, me pasó con Barracas, la imagen mía es más propensa a decir es culpa de este, era uno de los más grandes, venía de Boca, siempre tiene más castigo. Esa bala entraría si me la dirían mis compañeros”.
La dureza de perder la categoría
Wanchope fue al hueso con un ejemplo por demás de crudo al apuntar que “descender es como pegarle a tu mamá. No hay otra cosa peor, a un hijo se le pega para corregirlo, ponele que no está bien. Pegarle a tu mamá, no hay vuelta atrás. Desde lo deportivo. Asusta llegar haciendo cálculos, lo puteas al rival porque no le hizo frente a otro equipo, el nerviosismo te lo traer la gente, el entorno, no es para cualquiera”.
Y después, remató: “En Argentina se vive de una manera especial, todos sienten que es el final de una situación, acabar con cierta gente, futbolísticamente a la hora de pelear un contrato, no tenés fuerza. Son contados los casos de pelear un mejor contrato”.
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