Era una actividad que estaba a cargo de la Municipalidad y no les avisaron siquiera que se suspendía. Enviaron dos petitorios.
Un grupo de entre 150 y 200 personas mayores se quedaron este invierno sin las clases gratuitas de aquaerobic que les brindaba la Municipalidad desde hace por lo menos 10 años, pasando por distintas gestiones. A partir de mayo comenzaron a enviar notas para conocer las razones de la baja de estas actividades que beneficia a su salud física y psicológica, y nunca tuvieron respuesta formal.
La primera carta está fechada el 22 de mayo, y la última misiva data del 11 de junio. En las mismas solicitan al Ejecutivo que reponga la pileta que venían usando de forma gratuita en el Club Gimnasia y Esgrima los mayores de 60 años.
“Un gran número de personas siente vulnerada su calidad humana y nos llama la atención que se nos saque un derecho adquirido, una actividad que tanto bien hace a nuestra salud, sin aviso previo ni comunicación pública”, dice el petitorio que firman con nombre y número de documento, al menos una docena de personas.
“No sabemos qué pasó, sacaron la actividad de un plumazo y la verdad es que estamos mal. En los grupos de whatsapps hay solo lamentos, porque hacer gimnasia en el agua nos hacía bien”, contó a El Litoral, José Cettour, presidente de la Vecinal del Barrio Centenario, usuario de la pileta y quién encabeza el listado con las firmas de las notas.
“Son jubilados”
Cettour indicó que muchas de las personas ya habían hecho los certificados cardiológicos y de buco dental correspondientes, que les exigían cada temporada. “Nos quedamos sin presentarlos, porque ni siquiera se nos avisó que no iba a estar más la actividad”, comentó, haciendo de vocero de muchas de las personas mayores que dejaron de asistir forzosamente a las clases acuáticas y que son de distintos barrios de la ciudad.
Dos veces por semana, un profesor les daba clases de aquaerobic y hasta les enseñaba a nadar a alrededor de 40 personas por grupo. Cabe agregar que había varios turnos de una hora cada uno. “Todo esto de forma gratuita ofrecido por la Municipalidad. Ahora nadie nos explica qué pasa y muchos compañeros están mal porque son jubilados, no pueden pagar algo así de forma particular, y las clases en el agua les hacía muy bien”, explicó.
Además, Cettour contó que las mismas eran un espacio de encuentro y socialización para los que están solos.
Recientemente, enviaron otra misiva al Concejo, pidiendo su intervención para ser escuchados y que oficie de vínculo con el municipio. “Desde ahí nos llamaron y nos dijeron que se iban a ocupar de averiguar”, cerró.
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