Una de las opciones, como a principios de este año, es ir a Uruguay. Partidos van a sobrar en el vecino país, pero eso no quiere decir que sea lo ideal para que el equipo rinda a pleno en lo físico. Unión lo padeció en el primer semestre.
El torneo Apertura de la Liga Profesional, que se sorteará en los próximos días y antes del viaje de Tapia para participar del sorteo del Mundial de Estados Unidos (5 de diciembre en Washington), comenzará el fin de semana del 25 de enero. Ante esto, deberá revisarse el armado de la pretemporada para tener el tiempo suficiente de efectuar un buen trabajo de base y la necesaria realización de partidos amistosos.
Por lo que se vio en la cancha, la pretemporada de enero del año pasado no fue la ideal para Unión. El equipo venía dando óptimos resultados en lo físico durante todo el 2024 y en este aspecto marcaba diferencias. Si bien se fueron algunos jugadores y llegaron otros, el inicio del 2025 fue defectuoso y Unión nunca pudo volver a contar con esa dinámica e intensidad que había sido un rasgo distintivo del equipo del Kily González.
Dinámica e intensidad recuperada
Madelón corrigió, con su cuerpo técnico, esa deficiencia cuando tuvo la posibilidad de armar su pretemporada a mitad de año. Su Unión volvió a tener esos rasgos particulares de mucha dinámica e intensidad. Inclusive, varios jugadores que en el primer semestre dejaron que desear en su rendimiento, lo levantaron a partir de algunos preceptos tácticos pero, sobre todo, por el mejoramiento físico.
En enero del año pasado, Unión decidió aceptar el ofrecimiento para ir a disputar partidos a Uruguay. Pero evidentemente el foco se puso en los partidos amistosos y no tanto en la preparación física. El combo de la salida de algunos jugadores, la llegada de otros que eran distintos en cuanto a sus características físicas, más los problemas que tuvo el anterior entrenador para que el esquema habitual (5-3-2) le diera resultados, terminó siendo letal y Unión salió último en su zona de la Liga, también último en la zona de la Sudamericana y quedó un sabor muy amargo en la campaña cuando, en realidad, se había intentado algo distinto y con un aporte económico que daba para otra cosa.
Madelón acomodó todo. Le dio un orden táctico, mejoró considerablemente los rendimientos individuales, le otorgó confianza a jugadores que la habían perdido y, tan importante también, una respuesta física que otra vez lo puso a Unión en ese renglón de equipo “molesto” e intenso.
Esto no se puede perder, mucho más en este fútbol de hoy en día. Aquellos equipos que están muy bien desde lo físico, consiguen réditos y emparejan rendimientos con otros que pueden tener más desde lo futbolístico. Un ejemplo ha sido Riestra, que más allá de aquella locura de entrenar en horarios inusuales (había un turno que era a las 3 o 4 de la mañana) que llamaban la atención e iban a contramano del reloj biológico, la realidad marcó luego que ese esfuerzo se notó en la cancha y el equipo del Bajo Flores tuvo un alto grado de competitividad en este año.
Basta solamente con mirar lo que fue el primer partido del Apertura de Unión y compararlo con el primero del Clausura. Los dos fueron un parámetro justo de lo que luego iba a ocurrir. En el primero del Apertura, en La Plata, Unión perdía con Estudiantes ya por goleada antes de los 20 minutos del primer tiempo. En el primero del Clausura, ante el mismo rival, Unión jugó un muy buen primer tiempo y terminó ganando el partido con justicia.
Uruguay y Mar del Plata son las opciones si los costos se pueden afrontar. Es cierto que Santa Fe tiene sus dificultades por el clima exigente durante los meses de verano. Posiblemente en Mar del Plata cueste más encontrar rivales que en Uruguay, porque allí se viajaría para jugar el torneo Río de la Plata. Lo que se puede hacer en un lugar, no se puede en los otros. Pero habrá que buscar la mejor opción desde todo punto de vista, tratando de repetir lo que se hizo para el segundo semestre y evitar la equivocación de principios de año. La diferencia fue muy evidente.
Más allá de esto, Unión tiene que hacer un buen mercado y previendo algunas situaciones. Por ejemplo, se necesitarán 850.000 dólares, en principio, para retener a Tagliamonte y Mauricio Martínez si la única alternativa es hacer uso de sus opciones. Luego, saber qué pasará con Vargas, Fascendini y Del Blanco, tres futbolistas jóvenes y “vendibles”. Y por último, agregarle una cuota de jerarquía al plantel, como se hizo con Maizon Rodríguez, que hizo olvidar muy rápidamente la salida de Pardo cuando ya el torneo había arrancado.
Para eso, habrá que apuntar bien la mira, como se logró con Tarragona, por ejemplo. ¿”Uvita” Fernández es una opción? El Litoral consultó, porque teniendo en cuenta que es hincha de Unión, la posibilidad de su venida es concreta. “Inviable”, fue la respuesta contundente.
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