La Cámara de Diputados debatirá este jueves el proyecto que reconoce a la tradicional forma santafesina de servir cerveza como parte de la identidad gastronómica provincial. La iniciativa destaca su origen, ritual y valor simbólico.
El tradicional “liso”, esa manera bien santafesina de servir y tomar cerveza, está a un paso de convertirse oficialmente en parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la provincia. La Cámara de Diputados debatirá este jueves el proyecto de ley que busca reconocerlo como un símbolo de identidad y de la historia cervecera santafesina.
La iniciativa, presentada por la diputada Natalia Armas Belavi, recuerda que las historias sobre el origen del liso son diversas. Muchos apuntan a Otto Schneider, fundador de la cervecería que lleva su nombre, como uno de los pioneros. Schneider llegó a Santa Fe en 1911 y, tras años de trabajo como maestro cervecero, fundó su propia planta en 1931, donde no solo desarrolló su receta sino también una forma particular de servir la cerveza que dio origen al famoso “liso”.
El texto legislativo resalta que la palabra “liso” forma parte de una tradición certificada y única, ya que el producto se diferencia del resto por no estar pasteurizado. Además, tiene un protocolo inconfundible: vaso liso y sin rugosidades, de 250 centímetros cúbicos, servido a 45 grados, con dos dedos de espuma, y elaborado únicamente con Cerveza Santa Fe sin pasteurizar.
“Es un símbolo de identidad para Santa Fe y una manera de socializar que nos distingue del resto del país y del mundo”, destacó Armas Belavi entre los fundamentos del proyecto, que también repasan el peso histórico de la industria cervecera provincial. Hasta la década del 80, en Santa Fe funcionaban cuatro fábricas: San Carlos, Santa Fe, Schneider y Schlau, esta última recordada en Rosario por su fuerte presencia en la región.
La importancia cultural del liso ya fue reconocida por el Concejo Municipal de Santa Fe en 2014, que lo declaró patrimonio local y estableció su día de celebración el segundo viernes de diciembre.
El nuevo proyecto provincial apunta ahora a consolidar ese reconocimiento y a impulsar su promoción turística y gastronómica. “El liso es tradición, cultura, puestos de trabajo e historia compartida. Celebrarlo es honrar la memoria de nuestros pioneros”, concluye el texto.
 
         
         
                                     
		         
		         
		         
		        
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