Superado por Huracán en el primer tiempo, dominó en el complemento pero le faltaron la claridad y contundencia que había tenido ante Instituto. El jueves, se medirá ante un rival que no entiende otra estrategia que no sea la de atacar.
“Estamos sanos…”, se le escuchó decir a Madelón luego del empate con Huracán. Esa es la buena noticia cuando se va a afrontar una seguidilla como esta (tres partidos clave en siete días) y ni más ni menos que una “final” con River por los octavos de Copa Argentina. River se da el lujo de poner un equipo alternativo con Lanús no exento de figuras y jugadores importantes. A Unión le costaría mucho hacerlo, por más que hay jugadores que están casi a la misma altura de los que están jugando, como puede darse con el caso de Gamba y Solari por ejemplo; o también Corvalán (podría haber ingresado el domingo si Madelón entendía que podía aliviarle el esfuerzo a Del Blanco). En este último caso, posiblemente Madelón haya pensado en no “sacrificar” a ese jugador capaz de llegar por sorpresa hasta el fondo de la cancha para meter el centro atrás, cosa que Unión hizo poco en el segundo tiempo y se repitió en centros improductivos o en pretender entrar por adentro frente a una defensa que se abroqueló muy bien, achicó espacios cerca del área y ejerció superioridad numérica en el lugar en el que decidió frenar el dominio de Unión.
Es posible que Madelón juegue con los mismos o algo bastante parecido, ante River, que lo que puso contra Instituto y Huracán. Llegarán con un desgaste superior, porque la mayoría de los que pondrá Gallardo el jueves, lo harán más descansados en lo físico y lo mental. Por eso, el aliciente para Madelón es que no tiene jugadores lesionados y dispone de todos para elegir lo que él considera que es lo más conveniente. Posiblemente, jugar con todo lo mejor que él considera, ante River, viendo luego cómo queda el plantel para el partido del domingo ante Racing en el cilindro.
Volviendo al partido con Huracán, Unión pasó de jugar un formidable primer tiempo ante Instituto, a no encontrarse y ser superado, esta vez, por el rival en esa misma etapa -la primera- en la que había descollado y definido el partido en Córdoba. No encontró la pelota, no aparecieron los volantes, no hubo juego y se apeló mucho al pelotazo para las diagonales de los delanteros. Huracán tuvo, como premisa, manejar el balón y taparle la subida de los laterales. Bisanz lo hizo con Del Blanco y Cabral con Vargas. Eso fue clave para quitarle sorpresa a Unión. La ventaja parcial a favor del Globo estaba justificada: de los dos, había sido el más peligroso (un cabezazo en el travesaño, otro que terminó en gol y un tercero que motivó una notable atajada de Tagliamonte). Eso, contra nada de Unión en gestión ofensiva. Suficiente para que se justificara el 1 a 0 con el que se fueron a los vestuarios.
Con uno más, la diferencia se notó porque el partido cambió de dueño. Huracán se tiró 20 metros más atrás y Unión se encontró con lo que antes no tenía: la posesión de la pelota y el dominio territorial. No se le hizo fácil, a excepción de que el empate llegó enseguida, cuando apenas se jugaban 5 minutos del complemento. Hasta el final, aún con la tranquilidad de haberlo empatado al partido, Unión se repitió, chocó y le faltaron ideas y claridad (quizás también intentar un poco más el remate desde afuera del área) para quedarse con todo. Al fin y al cabo, el empate no le quedó nada mal al partido. El libreto de Kudelka tuvo sus méritos en el primer tiempo y la reacción de Unión fue a tiempo para evitar que la desesperación le juegue una mala pasada. Le sacó un punto más a Talleres en la tabla anual y ahora es de 5 puntos la diferencia. Ahora se vienen dos partidos consecutivos otra vez de visitante (Racing primero y Gimnasia después). Muchos podrán achacarle el no aprovechamiento del único partido de local en este mini ciclo de cinco partidos, pero la jornada no fue negativa a la luz de los otros resultados.
Madelón, en broma, dijo que debía “secuestrar a Colidio” cuando le preguntaron de qué manera había que jugarle a River. Es muy difícil “aguantar” a River pero no es tan difícil saber qué es lo que va a hacer el equipo de Gallardo. No hay un solo partido en el que River no salga a imponer presencia y ritmo avasallante desde el inicio. Suelta gente en ataque con gran naturalidad y está acostumbrado a que los rivales lo esperen sumando gente en su propio sector. No es previsible su juego, sino que es previsible su estrategia, su idea futbolística. River no va a sorprender porque salga a esperar al rival. Eso no forma parte del estilo Gallardo.
Eso sí: River es un equipo que no tiene “sistema defensivo”. O sea, River va al frente y ataca, pero no se “produce” de la misma manera para ir al frente que para el retroceso. Prioriza siempre el ataque por encima de la defensa. Por eso, depende mucho de que los cuatro de atrás funcionen o que responda el arquero. El partido con Libertad de Paraguay es un claro ejemplo. River se lo llevó por delante al principio, le convirtió un gol, pero ante el primer descuido se lo empataron en un momento en el que ya, previamente, habían avisado de esta posibilidad. Unión debe saber que atacará menos, seguramente, pero que si la elaboración ofensiva es buena, por más que sea menos que la de River, lo podrá lastimar.
Unión viajará este miércoles vía aérea a Mendoza en un vuelo chárter. La delegación permanecerá hasta el viernes en la capital mendocina y desde allí se irá directamente a Buenos Aires, también vía aérea, para entrenarse viernes y sábado en el predio de la Afa en Ezeiza. Luego del partido del domingo a las 21.30 ante Racing, el plantel viajará por vía terrestre de regreso a Santa Fe, recordando que el fin de semana siguiente, que será el primero de setiembre, no habrá fútbol de Primera en virtud de que hay doble fecha de Eliminatorias.
Nuevo palco para la delegación visitante
Antes del inicio del partido del domingo, ante Huracán, se inauguró el palco visitante que cuenta, con lo que señaló el propio presidente Spahn, con una capacidad para 40 personas.
“Basta con recorrer las canchas del fútbol argentino para darse cuenta de que no siempre las delegaciones visitantes tenemos la posibilidad de contar con tanta comodidad como la que le estamos dando en nuestra cancha. Esto nos ubica en el top 3 de las comodidades para las dirigencias visitantes en el país”, dijo el titular rojiblanco.
El palco está ubicado en el tercer piso de la zona de palcos, en tanto que siguen en construcción los dos pisos de palcos que están ubicados en el sector superior de la tribuna alta sur, por encima de la línea de palcos de prensa.
Las entradas para el jueves
Este martes se inicia la venta de entradas para el encuentro entre River y Unión de este jueves a las 21.15 en el Malvinas Argentinas de Mendoza. La misma se realizará de manera física, en las boleterías del club por Bv. Pellegrini, de 11 a 18 a un valor de 35.000 pesos las populares y 60.000 pesos las plateas.
Venta web para la parcialidad de River: lunes 25 de agosto, desde las 12, a través del sitio Deportick (https://www.deportick.com/).
Canje de entradas físicas para la parcialidad de River: martes 26 y miércoles 27 de agosto, de 13 a 20 hs, en las boleterías Sur del estadio Malvinas Argentinas (Parque Malvinas Argentinas, Mendoza capital) y jueves 28 de agosto, de 11 a 19 hs, en el Parque General San Martín (calle Los Robles, Mendoza capital).
Venta de plateas presencial en Mendoza para la parcialidad de River: martes 26 y miércoles 27 de agosto, de 13 a 20, en las boleterías Sur del estadio Malvinas Argentinas (Parque Malvinas Argentinas, Mendoza capital).
Precios: menores, $ 25000. Popular: $ 35000. Platea Descubierta: $ 50000. Platea Cubierta: $ 60000. Las entradas que se venden en boleterías, se podrán adquirir con diferentes medios de pagos (efectivo o tarjeta de débito). Todas las boleterías cuentan con un PosNet. NO SE VENDERÁN ENTRADAS EL DÍA DEL PARTIDO EN EL ESTADIO MALVINAS ARGENTINAS DE MENDOZA.
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