La dirigencia del club millonario mejoró el vínculo de Thiago Acosta, el 10 de la Reserva.
River Plate continúa con su política de resguardar a sus principales promesas del fútbol formativo y, en ese contexto, aseguró la continuidad de uno de sus jóvenes más valorados: Thiago Acosta. El volante ofensivo, actual número 10 de la Reserva, firmó la extensión de su contrato por dos años más, el cual se extenderá hasta el 31 de diciembre de 2027. Además, el club decidió elevar la cláusula de rescisión a 100 millones de euros (asciende a 120 cerca del cierre del mercado de pases), cifra que ya se convirtió en el nuevo estándar para blindar a los talentos del club de Núñez.
La decisión de River responde a la necesidad de proteger el capital futbolístico ante la mirada de equipos europeos que suelen rastrear el mercado sudamericano para captar figuras emergentes. Acosta, nacido el 25 de febrero de 2005 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es considerado una de las piezas clave para el futuro del Millonario. Con 20 años, 1,83 metros de altura y perfil diestro, ejecuta funciones de volante ofensivo y, en Reserva, acumula 37 partidos oficiales, con cuatro goles y cuatro asistencias.
La proyección de Acosta no solo parte de su estadística, sino también de sus características técnicas. El futbolista se define como un jugador con “visión de juego para tomar decisiones, buen pase, capacidad de desequilibrio en el uno contra uno y buena pegada”. En una reciente entrevista con el sitio oficial del club, manifestó que sus referentes son Nicolás De la Cruz, Enzo Fernández y Kevin De Bruyne. “Trato de sacar lo mejor de ellos y creo que tengo algo de cada uno”, aseguró, refiriéndose a virtudes que combinan dinámica, inteligencia, técnica y oficio.
A la espera de su debut oficial en Primera División, Acosta transita una etapa bajo la observación de Marcelo Gallardo, quien planea en el corto y mediano plazo brindar mayor rodaje a los jóvenes surgidos del club. El entrenador continúa con un proceso de depuración del plantel profesional, con el objetivo de reducir la cantidad de futbolistas y dar paso a las nuevas generaciones que muestran potencial en Reserva y divisiones juveniles. En esta ventana de transferencias se fueron Leandro González Pirez (Estudiantes de La Plata), el chileno Gonzalo Tapia (San Pablo de Brasil), el paraguayo Adam Bareiro (Fortaleza de Brasil), Héctor David Martínez (Olimpia de Paraguay) y Rodrigo Aliendro (Vélez), por ejemplo.
La historia de Acosta en River comenzó en 2016, cuando realizó una prueba de tres entrenamientos y quedó seleccionado para incorporarse a la institución. “Jugué de 8 y ese día fue inolvidable para mí”, recordó. Sus primeros pasos en el fútbol los dio en los clubes barriales San José Obrero y Juventud de Villa Giardino, a los tres años de edad, desempeñándose siempre como volante y delantero. El ascenso progresivo en las categorías juveniles fue forjando su impronta: visión de juego, creatividad y claridad en la toma de decisiones, atributos que hoy le permitieron ganarse la conducción de la Reserva.
El sueño de debutar con la camiseta del Millonario en la máxima categoría permanece latente. “Sería algo hermoso: todo eso se hace realidad con sacrificio, trabajando cada día más para ser mejor y apoyarte en todo lo que te da tu familia desde que empezás a jugar al fútbol”, expresó. En su recorrido, Acosta destaca el respaldo constante de sus padres, Vanesa y Osvaldo; sus hermanos Ayelén, Zoe, Agustín y Ciro; y de su hija Olivia y su pareja Ludmila, a quienes considera pilares fundamentales en su vida.
La decisión de realizar cláusulas elevadas no es casualidad en River. Tras la transferencia de Franco Mastantuono al Real Madrid, operación que se concretó mediante el pago de una cláusula millonaria, la dirigencia presidida por Jorge Brito decidió blindar a sus principales juveniles con renovaciones contractuales que estipulan cláusulas de salida de 100 millones de euros. El caso de Acosta se sumó así a una lista que incluye en este mercado de pases a Bautista Dadín y Lautaro Rivero, por ejemplo. En este selecto grupo también aparecen Facundo Colidio (renovó hace unas semanas) y los recién llegados Alex Woiski, Matías Galarza Fonza y Juan Portillo.
Esta política se vincula a un doble objetivo: por un lado, proteger el patrimonio del club ante posibles ofertas tempranas de equipos extranjeros y, por otro, consolidar un modelo sostenible que permita contar con los mejores talentos el mayor tiempo posible antes de una eventual transferencia al exterior.
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