El volante sabalero fue uno de los que exigió a Jachfe, el arquero rival, con un remate de media distancia sobre el filo del primer tiempo. Colón y su practicidad hicieron que la cosecha ante Mitre fuese total.
Fue uno de los jugadores más regulares de Colón el año pasado. O mejor dicho, el más regular. Además, uno de los pocos que no bajó su rendimiento y resistió a la caida colectiva de la segunda parte, en donde hubo jugadores que habían arrancado muy bien (caso Prediger o Jourdan) y eso permitió que aparecieran algunos chicos del club como Forneris, aprovechando la situación para ganarse un lugar.
Nicolás Talpone fue una de las pocas inversiones que hizo Colón el año pasado, en ese armado contrarreloj de un plantel que había quedado totalmente diezmado luego del descenso. Y haber una parte del pase fue un acierto, por aquella respuesta futbolística que tuvo ese verdadero “motorcito” que tiene Colón en el mediocampo.
El año adquirido pasado, la dupla central del mediocampo fue con Prediger y desentonó cuando en algún partido se lo quiso recostar – a veces obligado por las circunstancias – hacia alguno de los costados. Talpone es un volante central que tiene movilidad y aire suficiente para desprenderse y llegar a posiciones de ataque. Necesita alguien al lado que lo respalde. O también puede tirarse a un costado pero siempre como un volante interno y no obligado a hacer el carril.
Ahora, con Alan Forneris, han conseguido formar una dupla que no se discute en Colón. Es uno de los puntos fuertes, uno de los cimientos en los que se afirma el trabajo colectivo del equipo. Una pieza de la columna vertebral que arranca en Marcos Díaz (de buen trabajo en Santiago del Estero), sigue en Guillermo Ortiz, continúa en la dupla Forneris-Talpone y termina en Gigliotti. Alrededor de esa estructura, el Pata Pereyra está intentando darle solidez y crecimiento al resto del equipo.
Uno de los que salvó la ropa. Nicolás Talpone, que arrancó con un gran nivel en la temporada de ascenso y luego (como todo el equipo) bajó su rendimiento. De todos modos, el balance general fue positivo y es por eso que no sorprende la llegada de ofertas de clubes de Primera División.
-¿Estaba difícil para jugar el domingo?
-Mucho. Lo sabíamos de antemano y también somos conscientes de que iba a ser un condicionante para jugar bien. Estoy contento por lo que hizo el equipo. Respondimos muy bien a pesar del intenso calor y para nosotros fue una victoria importantísima. En mi caso, a veces me recosté por la izquierda para tapar al volante de ellos que se tiraba por ese sector.
-¿Está clara la idea del juego?
-Nosotros fuimos a Santiago del Estero sabiendo lo del clima y también la desesperación de ellos. Es decir, había que dosificar las energías para no fundirnos antes de tiempo y también para que el tiempo pase porque iba a jugar a nuestro favor por la obligación que tenían ellos, que llegaron al partido con dos derrotas consecutivas. Es cierto que no hubo mucho fútbol, pero esta categoría es muy complicada y muchos partidos se abren con una jugada de pelota parada como este.
-Esos “detalles” de los que tanto se habla, ¿no?
-Así es. Aprovechar esta clase de jugadas, en el fútbol en general y en esta categoría, en particular, es muy importante para ganar partidos.
-¿Hay buen entedimiento con Forneris?
-Tratamos de ser intensos, de estar cortos en el recorrido con el resto de los muchachos para estar bien “cerraditos” y eso fue lo que nos dio la chance de ganar bien en Santiago, más allá de que no jugamos tan bien y que sabemos que debemos mejorar en ese aspecto. Con Alan intentamos adueñarnos siempre de la segunda pelota y de estar cerquita del resto para achicar espacios. Nuestra misión es la de recuperar rápidamente la pelota, lo sabemos y tratamos de hacerlo lo mejor posible.
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