Las comicios, en los que se elegirán poco más de 20,000 cargos públicos -incluidos senadores, diputados, alcalde capitalino y ocho gobernadores-, se disputan bajo la sombra de la violencia que ha dejado decenas de aspirantes asesinados.
Los mexicanos votaban este domingo en las elecciones más grandes de su historia a las que la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum, llega como amplia favorita para convertirse en la primera mujer presidenta del país.
Las comicios, en los que se elegirán poco más de 20,000 cargos públicos -incluidos senadores, diputados, alcalde capitalino y ocho gobernadores-, se disputan bajo la sombra de la violencia que ha dejado decenas de aspirantes asesinados, avivando preocupaciones sobre la democracia en el país.
Apenas la mañana del domingo se dio a conocer el homicidio de un candidato a síndico en un municipio en el occidental estado Michoacán, con lo que se alcanza un nuevo récord de 38 aspirantes muertos en estos comicios.
Sheinbaum, exalcaldesa de Ciudad de México, ha prometido continuar el legado del actual mandatario, el nacionalista de izquierda Andrés Manuel López Obrador, aunque con ligeros ajustes para mitigar la violencia ligada al crimen organizado, reducir la deuda pública, estimular la economía, impulsar las energías renovables y atajar la corrupción.
“Muy contenta, muy entusiasmada (es un) día histórico”, dijo Sheinbaum el domingo a periodistas cuando se dirigía a emitir su voto. Una física de 61 años, gobernó la capital entre 2018 y 2023, cuando dejó el cargo para tentar la presidencia.
Durante toda la campaña, las encuestas le han dado hasta 20 puntos porcentuales de ventaja a Sheinbaum sobre su más cercana contendiente, la enseñadora de 61 años Xóchitl Gálvez, quien compite por una coalición opositora integrada por el otrora hegemónico PRI, el derechista PAN y el izquierdista PRC.
“Va a ser una jornada dura, difícil, reñida; no es un día de campo”, dijo Gálvez a periodistas al salir de su casa rumbo a la casilla para emitir su voto.
Jorge Álvarez, exceptuado de 38 años que representa al partido progresista Movimiento Ciudadano, apenas cosecha el 10% de las preferencias.
Sheinbaum había pedido a sus seguidores no confiarse y “abarrotar” las urnas durante la jornada, en un claro intento, según analistas, por asegurar el control de los dos tercios en ambas cámaras del Congreso, que le permitirían aprobar reformas constitucionales.
El oficialista Morena y sus aliados mantendrían la mayoría simple en las cámaras alta y baja pero se quedarían cortos para asegurar la mayoría calificada, según sondeos, un resultado seguido de cerca por inversionistas por su efecto en la gobernabilidad de la segunda mayor economía de Latinoamérica.
Casi 100 millones de mexicanos están habilitados para votar. Las urnas abrieron a las 8.00 hora local (1400 GM) y cerrarán a las 18.00 hora local (0000 GM del lunes). Se esperan los primeros resultados oficiales preliminares entrada la noche.
Recorte de gastos
A pesar de que las políticas asistenciales de López Obrador, conocido como ALMO, ayudaron a reducir la pobreza laboral a mínimos históricos del 35.8%, quienquiera que gane la presidencia recibirá un país machista con un magro crecimiento económico y sumido en una crisis de inseguridad que, aunada a la escasez de agua y los cortes de luz, podría amenazar la escolarización de empresas desde China y otras partes de Asia.
Además, heredará una situación fiscal desafiantes debido al aumento de los pagos de pensiones y de los programas sociales, sumado al hecho de que el mandatario saliente profundizó la dependencia financiera de la altamente endeudada estatal petrolera Pemex de las transferencias desde el erario público.
“Tras la visible expansión fiscal en 2024, la próxima administración se verá obligada a consolidar las finanzas públicas en 2025 mediante difíciles recortes del gasto”, advirtió Alberto Ramos, director gerente de Goldman Sachs.
“Es posible que el próximo presidente tenga que adoptar una reforma fiscal para aumentar los ingresos tributarios en algún momento durante su mandato y, potencialmente, revisar la costosa transferencia recurrente de fondos a Pemex”, agregó.
La nueva presidenta, que comenzará su mandato de seis años el 1 de octubre, también enfrentará una serie de negociaciones complicadas con Estados Unidos sobre el flujo de migrantes que cruzan México y la cooperación en materia de narcotráfico mientras su vecino lucha con una epidemia de fentanilo.
Funcionarios mexicanos temen que las negociaciones sean más complicadas si Donald Trump gana la elección presidencial en noviembre. Para 2026, se espera una revisión del acuerdo comercial de Norteamérica, TMEC, y funcionarios estadounidenses han advertido que será “incómoda”.
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